Donald Trump bombardeó esta noche tres instalaciones nucleares de Irán, las de Fordow, Isfahán y Natanz. Unos ataques que el presidente estadounidense ha calificado de completo éxito y que, según asegura, ha dejado esos lugares «arrasados». La ofensiva, inédita, se ha producido solo dos días después de que el presidente estadounidense se diese un plazo de dos semanas para tomar la decisión. Esto es lo que sabemos de cómo se ha hecho el ataque.
Durante este sábado, en un ejercicio de despiste histórico, permitió que los observadores detectaran varios B-2 camino del Pacífico, lo que suponía una ventana para el ataque mucho más tardía que la que finalmente fue. Según Fox, en realidad, de manera subrepticia, los bombarderos volaron hacia el este, hacia el Atlántico desde una base aérea de Whiteman, en Misuri, de manera más directa y rápida hacia Irán.

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¿Qué armas ha usado Estados Unidos?
Varios bombarderos B-2 de la Fuerza Aérea de Estados Unidos despegaron con rumbo al Pacífico el sábado, según se ha podido saber en sitios web especializados en tráfico aéreo. En la región ya estaban desplegados también el portaviones USS Nimitz y los cazas F-16, F-22 y F-35 de la Fuerza Aérea.
Para los ataques, Estados Unidos empleó «entre cinco y seis bombas antibúnker», lanzadas desde esos bombarderos, además de una treintena de misiles Tomahawk lanzados desde submarinos y destructores en el ataque contra tres instalaciones nucleares en Irán, según informó el presentador de Fox News Sean Hannity en declaraciones recogidas por EFE. «Inicialmente se especuló que solo se necesitarían dos (bombas antibúnker). Resulta que usaron de cinco a seis, lanzadas desde los bombarderos furtivos B2 estadounidenses», dijo Hannity tras su conversación con el presidente estadounidense, Donald Trump.
Solo Estados Unidos tiene el tipo de bombas antibúnker con alguna posibilidad de atacar un sitio de estas características. Las GBU-57, conocidas como Massive Ordnance Penetrator («Penetrador de Munición Masiva», en español), pesan 13.000 kilogramos y pueden penetrar hasta 18 metros en cemento o hasta 61 metros en la tierra antes de explotar, según expertos citados por la BBC.
El hecho de que EE.UU. usara seis bombas antibúnker de gran tonelaje implicaría que sobrevoló Irán con tres bombarderos de última generación B-2, que según el mismo Trump al momento de su anuncio ya estaban fuera del espacio aéreo iraní.
Las instalaciones nucleares de Natanz y Estefan «fueron destruidas con 30 misiles Tomahawk lanzados por submarinos estadounidenses a unos 640 kilómetros de distancia», así como desde navíos de la Armada.

Imágenes satelitales de la planta de Fordow (a la izquierda), bajo una montaña, y la de Natanz, después de un ataque israelí.
¿Qué instalaciones ha atacado?
El ataque de Estados Unidos ha impactado en las instalaciones nucleares de Fordow, Natanz y Estefan.
La de Fordow, escondida en una zona montañosa al sur de Teherán y con un búnker subterráneo que se cree que está una profundidad de unos 80 metros, presenta un gran valor dentro del programa nuclear iraní que Washington pretende destruir. El OIEA constató en marzo del 2023 que las centrifugadoras de estas instalaciones, capaces de enriquecer el uranio a niveles del 60%, por encima de lo requerido para el uso civil, han llegado a hacerlo al 83,7%, lo que la sitúa muy cerca del 90% necesario para montar un arma nuclear.
El emplazamiento de Natanz, al sur de Fordow, por su parte, cuenta con instalaciones que se extienden por más de tres kilómetros cuadrados, con una red de túneles a 50 metros de profundidad, donde se encuentran las centrifugadoras de uranio y un taller para fabricar las supuestas bombas. Ya había sido objetivo de los israelíes en la primera oleada de ataques del 13 de junio.
Más al sur de Natanz, Estefan, por su parte, es un importante centro de producción e investigación nuclear que incluye una instalación de enriquecimiento de uranio y varias plantas de fabricación de combustible. Tiene un rol crucial para preparar los materiales que se utilizarán para el enriquecimiento.

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