PROTESTAS EN LOS ANGELES POR POLÍTICAS DEL GOBIERNO CONTRA MIGRANTES

La mecha se prendió el viernes pasado. Nada fue casual. Donald Trump ha estado prometiendo miles de detenciones diarias y deportaciones masivas. Y qué mejor lugar para mejorar las estadísticas que hacer redadas generalizadas en California y, en particular, en Los Ángeles, donde la mitad de su población censada es de origen latinoamericano. California es un Estado fronterizo con México y demócrata, la alcaldesa de Los Ángeles es demócrata, y el contexto era idóneo para el choque de proyectos de país y de modelo de sociedad, allá donde más resistencia podría generarse a las políticas migratorias “agresivas” del presidente de EEUU, como él mismo reconocía este jueves.

Los agentes buscaban migrantes sin papeles en las cocinas de los restaurantes, en las barras de las cafeterías y en las ferreterías y tiendas de bricolaje, como la popular cadena Home Depot. Basta pasar unas horas en una ciudad de EEUU para darse cuenta de que la mayoría de camareros, cocineros, tenderos, camareras de piso, limpiadoras, jardineros, cuidadoras infantiles y de mayores, y obreros son latinoamericanos.

Y por eso los agentes del ICE (Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de EEUU) golpean en esos sectores.

Esta semana, en Washington DC, familias con niños pequeños explicaban a elDiario.es que en sus grupos de WhatsApp se avisaban de las redadas en parques infantiles donde los agentes van a la caza de cuidadoras de críos en edad escolar.

El temor a salir de casa sin la documentación en regla existe hasta entre quienes tienen documentación pero temen las consecuencias de no llevarla encima si un agente la reclama de forma aleatoria o inopinada.

En ese contexto, Trump está recibiendo presiones de empresarios del campo, la hostelería y los servicios por su política migratoria.

“Nuestros grandes agricultores y las personas que trabajan en el sector hotelero y del ocio han estado afirmando que nuestra agresiva política en materia de inmigración les está quitando trabajadores muy buenos y con mucha experiencia, cuyos puestos son casi imposibles de reemplazar”, ha afirmado Trump en sus redes sociales: “En muchos casos, los delincuentes a los que se les permite entrar en nuestro país gracias a la estúpida política de fronteras abiertas de Biden están solicitando esos puestos de trabajo, eso no es bueno. Debemos proteger a nuestros agricultores y sacar a los delincuentes de EEUU. ¡Habrá cambios!”

Mientras el presidente de EEUU parece ser receptivo a las presiones de los empresarios se muestra implacable con las movilizaciones en las calles. El caldo de cultivo de Los Ángeles prometía tensiones, y las tensiones se han traducido en varios días de amplias movilizaciones y enfrentamientos entre policía y manifestantes que han terminado escalada de forma inédita con el despliegue unilateral por parte de Trump de 4.000 efectivos de la Guardia Nacional y 700 de los marines.

A partir de ahí, el debate ha ido girando, desde las protestas por las redadas masivas, a la denuncia del autoritarismo del presidente, de su falta de respeto por las normas y las leyes, que también se ha visto con otras decisiones recurridas, como la deportación de personas sin garantías judiciales o los acosos a las universidades.

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